Con una taza de café, decimos: ¡Salud!

Con una taza de café, decimos: ¡Salud!” 

Si uno de los objetivos principales de Coffee Care es mejorar la calidad de vida de las familias que dependen del cultivo del café, no podemos ignorar el rol crucial que juega la salud. Por ejemplo, cuando iniciamos con los primeros proyectos de construcción de escuelas, nos dimos cuenta que antes de generar la infraestructura era necesario reparar el bienestar de los estudiantes. De poco servía un lindo nuevo edificio si ellos tenían hambre o se sentían mal. 

Comprender que nuestro bienestar está íntimamente ligado a la nutrición, al cuidado personal y del medio ambiente es uno de los retos más grandes que tenemos hoy en día. La satisfacción inmediata que provoca la comida rápida o lo económicamente conveniente que puede ser comprar “chucherías”, compiten con la comida casera preparada con productos frescos y orgánicos, ya que esta opción requiere mucho más esfuerzo y disciplina. 

Por otro lado, el acceso a una consulta médica o a la compra de medicinas no se encuentra al alcance de todos; ya sea por costo, distancia o simplemente por desconocimiento. Y fue precisamente esto lo que nos impulsó a abrir nuestra clínica comunitaria en El Paraíso, La Libertad, Huehuetenango. Adicionalmente a nuestro programa de visitas médicas semanales que benefició durante más de 10 años a todas las escuelas que construimos en Mataquescuintla, Jalapa y San Antonio Chacayá, Atitlán. 

Hoy en día la clínica en El Paraíso es prácticamente autosostenible, a través de fondos generados por el pago simbólico de consultas, que luego son reinvertidos en la comunidad, según sus necesidades. Se han construido baños para la escuela local y se ha apoyado en la reparación de caminos, mantenimiento de infraestructura, entre otros.  

Para las escuelas y distintas comunidades, continuamos organizando jornadas médicas y dentales en conjunto con #ADEC, ya no sólo atendiendo a la población estudiantil sino a sus familias.  

Otro proyecto importante para mejorar la salud y nutrición de los productores de café y sus familias es nuestro proyecto de hidroponía, implementado en Santa Bárbara, Huehuetenango. A través del cual hemos podido capacitar con distintas técnicas de cultivo a más de 47 mujeres, apoyándolas con un kit de inicio que les permite construir su propio huerto en casa. Esto no sólo ha reducido el gasto familiar, sino que ha garantizado un consumo de productos prácticamente orgánicos. Al tener una producción más grande las familias venden lo que no van a consumir, generando además ingresos adicionales.  

Nunca nos imaginamos que en momentos difíciles por los que ha pasado nuestro país, como cuando las carreteras estuvieron bloqueadas por semanas, estos huertos fueron la única fuente de alimento para estas familias. ¡Qué motivación tan grande sentimos para continuar trabajando en estas iniciativas que trascienden más allá de lo que nos imaginamos!

El café nos ha llevado a lugares maravillosos, donde además de encontrar un producto de la más alta calidad, hemos conocido a personas excepcionales, muchas de ellas mujeres trabajadoras; que con su talento y esfuerzo mueven familias, comunidades y economías.  A todas ellas, expresamos nuestro más profundo agradecimiento y admiración, por ser ejemplo de vida y permitirnos continuar trabajando por nuestro país. 

With a cup of coffee, we say: Cheers!

If one of Coffee Care’s main objectives is to improve the quality of life for families dependent on coffee cultivation, we cannot ignore the crucial role that health plays. For example, when we began our first school construction projects, we realized that before creating infrastructure, it was necessary to address the students’ well-being. A beautiful new building would be of little use if they were hungry or feeling unwell.

Understanding that our well-being is intimately linked to nutrition, personal care, and the environment is one of the greatest challenges we face today. The immediate satisfaction of fast food or the economic convenience of buying «junk food» competes with homemade meals prepared with fresh and organic products, as this option requires much more effort and discipline.

On the other hand, access to medical consultations or purchasing medicines is not within everyone’s reach; whether due to cost, distance, or simply lack of knowledge. This is precisely what drove us to open our community clinic in El Paraíso, La Libertad, Huehuetenango. In addition to our weekly medical visits program that benefited all the schools we built in Mataquescuintla, Jalapa, and San Antonio Chacayá, Atitlán, for over 10 years.

Today, the clinic in El Paraíso is practically self-sustainable, funded by the symbolic payment for consultations, which are then reinvested in the community according to its needs. Bathrooms have been built for the local school, and support has been provided for road repairs, infrastructure maintenance, among other things.

For schools and different communities, we continue to organize medical and dental campaigns together with #ADEC, not only attending to the student population but also their families.

Another important project to improve the health and nutrition of coffee producers and their families is our hydroponics project, implemented in Santa Bárbara, Huehuetenango. Through this project, we have been able to train over 47 women in different cultivation techniques, supporting them with a starter kit that allows them to build their own home garden. This has not only reduced family expenses but also ensured consumption of practically organic products. With larger production, families sell what they won’t consume, generating additional income.

We never imagined that in difficult times our country has faced, such as when roads were blocked for weeks, these gardens were the only source of food for these families. What great motivation we feel to continue working on these initiatives that transcend beyond what we imagined!